Odio ser tan exigente conmigo misma; si es que exigente es la palabra correcta. Me preocupo por demasiadas cosas y le doy mil vueltas a todo. Quiero que todo esté perfecto y si no lo está, no estoy tranquila. Me propongo metas que no siquiera sé si voy a ser capaz de llegar a ellas, y si no lo hago, es como si me decepcionara a mi misma. Me preocupo por metas que ni siquiera están a mi alcance, y aún intento llegar, pero lo único que consigo es impotencia por no conseguirlo.
Ah...cariño. Lo mejor es no ponerse metas, así no hay decepciones. Yo acepto lo que la vida me da.
ResponderEliminarSi, creo que es lo mejor. Lo tomaré como un consejo, así que muchas gracias.
EliminarSiempre me das las gracias. Creo que ya no me cogen tantos ''gracias'' en los brazos jajajajajaja
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