sábado, 6 de abril de 2013

Relato corto.

Mi respiración es cada vez más rápida, igual que mis latidos. Tengo que hacerlo antes de arrepentirme y cambiar de opinión. Tengo que abrir esa maldita puerta que me está separando de él. Con las manos temblorosas y sudadas, abro la puerta con cuidado.
-Hola -digo nerviosa
-¿Qué pasa?
-Me apetece estar contigo, suena una completa locura pero no hago más que pensar que quiero pasar un rato aquí, a tu lado. ¿Te importa?
-¿Buscas algo en concreto? -pregunta extrañado.
-Tu tiempo. Solo quiero pasar el rato contigo, ¿lo entiendes? Es una necesidad que tengo desde hace algún tiempo. Me sabe a poco cuando te veo, necesito más, por eso estoy aquí.

La imagen de mi locura llamando a su puerta suena como una completa estupidez. No dejo de pensar que lo que estoy pensando es una completa locura. Sobretodo imaginando historias que nunca pasarán y sabiendo que no soy capaz de ir a la puerta de su habitación. Así, que borro mi fantasía de la cabeza (la fantasía en la que me armo de valor y me dirijo a su puerta), y me quedo en la habitación de al lado. Esperando que el amor llame a la puerta. Literalmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario