domingo, 5 de mayo de 2013

Te quiero, mamá.

Ella, es la mujer más fuerte que conozco. Me siento en casa cuando la abrazo y siento que todos mis problemas pasan a un segundo plano cuando apoyo mi cabeza sobre su pecho y ella me abraza con fuerza. Porque sus "Te quiero" son las palabras más sinceras que puedo escuchar. Es la mujer que se levanta todos los días de la cama, sacando fuerzas de a saber donde para cuidar de sus tres hijos y quererlos a pesar de que la hagamos enfadar. La mujer que tiene siempre una sonrisa para que los demás no se den cuenta de lo mal que van las cosas y lo hace por el simple hecho de no preocuparnos más. Ella es la persona más importante de mi vida, a la que quiero sobre todas las cosas y no me imagino nada sin ella. Se me hace un nudo en el estómago con solo pensar que un día no va estar aquí conmigo. Siento que todos los "Te quiero" que le digo, no demuestran en realidad lo importante que llega a ser para mi y lo mucho que la admiro, por seguir adelante. Porque no puedo estar separada de ella mucho tiempo, empiezo a extrañarla de una manera que duele y sé que la necesito para vivir. Necesito sus cálidos abrazos, sus besos, sus palabras, su alegría, su cariño, su fortaleza... la necesito a ella. Ni si quiera se imagina lo que es para mi y no podría expresarlo por mucho que quisiera. Daría todo lo que fuera por ella. Porque cuando estoy mal solo necesito estar cerca de ella para olvidarme de todo, siento que nada tiene importancia, y cuando pongo mi cabeza en su regazo y ella se limita  a acariciarme el pelo, me siento bien, a gusto, tranquila, y tengo la sensación de que nada puede ir mal si ella está a mi lado. Por eso y por miles de cosas más que son inexplicables. Te quiero mamá.

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