lunes, 8 de julio de 2013

Ahora forman parte de mi.

Si pudiera elegir, está claro que elegiría que estuvieran aquí conmigo. Pero tengo que conformarme con hablar con ellos con una pantalla de por medio. Pero me alegro de escribirles todos los días, porque los siento cerca, siento que aquella despedida no fue un "Adiós" si no más bien un "Hasta pronto".
Las ganas de volver a verlos y abrazarlos son increíbles, y cada noche (no exagero),sueño que están aquí conmigo y la alegría al verlos de nuevo es tanta que incluso lloró de la emoción. Entonces, rebosante de felicidad corro a abrazarlos y me siento bien, como si nunca hubiera habido distancia de por medio. Y así todas las noches. Lo peor es al despertarme y darme cuenta de que no están aquí, es ahí cuando noto un vacío en el pecho que incluso duele. 

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